Este pueblo crea confusión y es que su nombre, Andorra, despista a más de uno que piensa que va a encontrar aquí calles comerciales plagadas de marcas, balnearios y pistas de esquí. La realidad, sin embargo, es mucho mejor.
Su nombre tiene un significado celta que alude al viento, y es que esta zona del Bajo Aragón turolense es muy fría en invierno y parte de ello se debe a él. No obstante, esto no ha supuesto nunca un inconveniente para los diferentes pueblos que allí se han asentado, como árabes o los celtas. De hecho aún pueden visitarse los restos arqueológicos de un poblado que data del siglo V a. C., conocido como poblado del Cabo.
Merece la pena también acercarse a contemplar la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad y, en otra línea, la máquina de vapor que podemos encontrar en l antigua estación de ferrocarril.
Para obtener más información acerca de este pueblo, pincha aquí.
La hipótesis del toponimio celta es bastante improbable, de hecho antes de llamarse Andorra se llamo Masadicas Royas.
De celtas nada, en el siglo V a.c. la población es de cultura íbera.
El yacimiento del Cabo fue destruido por la minería, lo que se visita ahora es el traslado de parte de las piedras a otro emplazamiento.
Por lo demas un pueblo muy majo.