El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es un conjunto de contrastes espectaculares entre sus picos y sus simas, de una belleza increíble qu ele ha valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Con picos cuya altitud supera los tres mil metros, el ascenso por la vertiente norte guarda algunos de los tesoros más conocidos, las cascadas y los glaciares, que son objetivos principales de las rutas de senderismo y de trekking de alta montaña.
Entre las cascadas, las más famosas son las de Cotatuero y la de la Cola de Caballo, un salto que se encuentra en la cabecera del valle del río Arazas, que atraviesa un glaciar que nos deja sin palabras; El Circo de Soaso.
Se le llama así por su forma, que recuerda a la de un circo romano, se trata de un valle alargado, cubierto de flores, por el que discurre una lengua de agua del Arazas, con numerosos ramales y meandros y rodeado por unas “gradas”, perfectamente esculpidas, en las paredes rocosas que lo rodean, de composición caliza.
En realidad es un glaciar de más de 60 millones de años, que estuvo cubierto por los hielos de las aguas que bajaban por las montañas, pero que hoy en día permite crecer una variada vegetación autóctona en su valle, la mayoría de tipo palustre. A su alrededor, el agua ha formado escalones en las rocas hasta formar unas gradas en las que un geólogo lee como en un libro abierto el paso de los siglos.
Desde el Circo de Soaso se divisan Las Tres Soroses un macizo compuesto por el pico conocido como El Monte Perdido, otra de las maravillas del parque y el pico calcáreo más grande de Europa, el Soum de Rimond, más conocido como el Pico de Añisclo y el Cilindro der Marbore, que son los objetivos más buscados por los amantes de la alta montaña, ya que los tres sobrepasan los 3.000 metros.
Marga G.-Chas Ocaña
