Estamos en el mejor momento del año para visitar Bolea y sus alrededores. Esta pequeña población aragonesa se viste de blanco en estas semanas gracias a la enorme cantidad de cerezos que la rodean y que comienzan a estar en flor.
Un paisaje impresionante que nada tiene que envidiarle a los kilómetros y kilómetros cubiertos de delicadas flores de cerezo que también se pueden visitar en el extremeño Valle del Jerte, otro lugar perfecto para perderse.
Los tonos blanco y rosa claro contrastan con el tono tostado de las piedras de la Colegiata de Bolea, una maravilla de construcción gótica que ha de visitarse también por dentro para poder contemplar sus retablos y sus tracerías.
El poblado ibérico de Betance y los restos de la antigua fortaleza musulmana son otros de los puntos de interés de nuestra visita a este pueblo ubicado en la provincia de Huesca.
Para conocer más acerca de Bolea puedes pinchar aquí.
