La Semana Santa en Aragón se mueve a ritmo de tambor, en el Bajo Aragón una pequeña plaza concentra tambores, bombos y corazones que suenan al unísono cuando en la rompida de la hora un estruendo acalla las voces y nos recuerda la muerte de Jesucristo.
Amarillo, rojo, morado, crema, verde, marrón y negro son algunos de los colores que podemos ver en los capirotes de los cofrades que invaden las calles de Zaragoza durante Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Procesiones multitudinarias que colapsan el centro de la ciudad llenando el ambiente de su característico aroma a incienso, que se va extendiendo traspasando filas y filas de cabezas que se agolpan para ver pasar a los miembros de cada cofradía y también a las Manolas, otro elemento característico que suele preceder a los fieles que acompañan al paso durante su recorrido.
La semana Santa en Huesca no tiene nada que envidiarle a la que proponen sus provincias vecinas. Además de tambores, colorido e incienso en Huesca podemos encontrar cofradías, como la de la Santísima Vera Cruz, que datan del año 1500, siglos de una tradición que en muchos casos a pasado de padres a hijos durante generaciones.