Existe un lugar en Zaragoza donde los ochenta siguen presentes. En pleno centro se ubica el bar Linares, en una bocacalle de San Vicente de Paul. Allí la música y los gin tonics son lo de menos, una simple excusa para acercarse a saludar a su propietaria, que a sus… años sigue al pie del cañón con esa melenita rubia tan ye yé y esa máscara de pestañas que hace de su mirada un ultimátum.
El cartel tras la barra reza “prohibido cantar”, como decía aquél, si lo prohíben será porque se canta. Pues sí, y vaya éxitos que se cantan. Groenlandia, Camino Soria y por supuesto los grandes éxitos de Raffaella Carrá, entre otros.
No acercarse a primera hora, porque ni siquiera está abierto. Para ir al Linares hay que ir con alegría traída de casa, no valen los malos rollos, y sobre todo con la noche por testigo, que nos guíe a la entrada y nos camufle a la salida. Cuidado con la gramola.